martes, 12 de abril de 2011

46:48'

En octavo grado, tuvimos que leer
Romeo y Julieta en la clase de inglés.
Y para créditos extras, la Sra. Snyder
hizo que actuáramos todos los papeles.
Sal Scafarillo era Romeo.Y por azares del destino,
yo era Julieta.
Las demás niñas estaban celosas,
pero mi visión era un poco distinta.
Le dije a la Sra. Snyder
que Julieta era una idiota.
Para empezar, se enamora del
único hombre a quien no puede tener.
Luego culpa al destino
por la mala decisión que tomó.
La Sra. Snyder me explicó que,
cuando el destino entra en juego...
...a veces se nos acaban las opciones
para poder decidir.
A la avanzada edad de 14 años,
yo tenía muy claro...
...que el amor y la vida
dependen de qué decisiones tomemos.
Y el destino
no tiene nada que ver con eso.
A todos les parece muy romántico.
Romeo y Julieta. El amor verdadero.
Qué lamentable.
Si Julieta es tan tonta como para
enamorarse del enemigo, beber veneno...
...y quedarse dormida en un mausoleo...
...se merecía lo que le pasó.
Quizá Romeo y Julieta
estaban predestinados a estarjuntos...
...pero sólo por un tiempo.
Y luego, su tiempo acabó.
Si hubieran podido saberlo
con antelación...
...quizá todo habría salido bien.
Le dije a la Sra. Snyder
que cuando creciera...
...tomaría las riendas de mi destino.
Que no dejaría
que un fulano me humillara.
La Sra. Snyder dijo que sería afortunada
si sentía una pasión así por alguien.
Y que, de ser así,
estaríamos juntos por siempre.
Incluso ahora creo que el amor depende
mucho de las decisiones que tomamos.
Se trata de dejar a un lado
el veneno y la daga...
...y construir nuestro propio
final feliz, la mayoría de las veces.
Y de que a veces, a pesar
de que tomes las mejores decisiones...
...y de tus mejores intenciones,el destino acaba ganando.